S House
COSTA RICA
Arq. David Gutierrez Mora
COSTA RICA
Arq. David Gutierrez Mora
DISEÑO ARQUITECTÓNICO: Arq. David Gutiérrez Mora, Arq. Esteban Arias Corella (colaborador)
DISEÑO TOPOGRÁFICO: Arq. David Gutiérrez Mora
DISEÑO ESTRUCTURAL: Ing. Juan José Vargas Rodríguez
DISEÑO ELÉCTRICO: Ing. Sergio Gutiérrez Mora
DISEÑO MECÁNICO: Ing. Gersan Rubí Herrera
EMPRESA CONSTRUCTORA: GARABATO ARQUITECTURA junto con Vargas mas Vargas
ÁREA CONSTRUCCIÓN: 450 m²
UBICACIÓN DE PROYECTO: Cóbano de Puntarenas
DISEÑO TOPOGRÁFICO: Arq. David Gutiérrez Mora
DISEÑO ESTRUCTURAL: Ing. Juan José Vargas Rodríguez
DISEÑO ELÉCTRICO: Ing. Sergio Gutiérrez Mora
DISEÑO MECÁNICO: Ing. Gersan Rubí Herrera
EMPRESA CONSTRUCTORA: GARABATO ARQUITECTURA junto con Vargas mas Vargas
ÁREA CONSTRUCCIÓN: 450 m²
UBICACIÓN DE PROYECTO: Cóbano de Puntarenas
S HOUSE- El 2020 fue el año que nos cambió la vida, nada nuevo, pero S HOUSE fue la restauración que nos cambió el 2020. Este fue el proyecto que nos enseñó que la adaptación a la adversidad era la forma de ver resultados positivos, en todo, hasta en una pandemia. Y nos confirmó que la arquitectura es un medio para la re significación, no solo de los espacios si no de las historias también. Nosotros queríamos honrar el contexto y respetar los tesoros que teníamos en frente y el cliente nos daba total libertad. La combinación perfecta. Más de 25 años de construida y era ahora, en media pandemia, que se sentía la urgencia de que la casa se volviera un espacio más sagrado, más único. Respetamos lo intuitivo y orgánico del diseño, siempre tomando el contexto como inspiración. La forma de la casa principal y las cabañas no tienen ninguna simetría, por lo que aprovechamos para experimentar con materiales que no imaginábamos en ciertos espacios y nuevas formas para colocarlos. La sorpresa vino cuando nuevamente el mar y el contexto, decoraban más atinadamente estos materiales. Curveamos la madera para formar puertas y ventanas, colocamos piedra natural en las paredes ondulantes, limpiamos la pintura de la cubierta de cobre y hasta instalamos un puente colgante para conectarnos con la playa. Nuevamente entendíamos el concepto de adaptarnos. La materialidad y las formas existente de estos, hasta fantasiosos edificios, fueron nuestros tesoros de conservación en el proyecto. La luz que entra por las claraboyas de la cubierta facilitaron la decisión de pintar la madera del cielo en blanco para así resaltarla y convertir el típico rancho costarricense en un espacio de contemplación. El proyecto se basó de principio a fin en estar inmersos desde todos nuestros sentidos en el contexto en el que estábamos, para responder con arquitectura y diseño. Este proyecto puso en evidencia la necesaria madurez del diseñador para reconocer lo construido. Su particularidad y belleza eran evidentes, sin embargo ajenas para el nuevo propietario. Nuestro trabajo fue re descubrir el espacio y permitir a partir, de pequeñas intervenciones, la apropiación e interiorización de sus nuevos habitantes.