Complejo Ecológico, regenerando paisajes agrícolas de piña
Costa Rica
Roberto Andrés Navarro Mata
Universidad DE COSTA RICA
El cultivo de piña (Ananas comosus) ha sido ampliamente desarrollado en el territorio costarricense ocupando actualmente un área aproximada de 43 000 hectáreas, generando un crecimiento económico y a su vez situaciones de conflicto debido a su impacto ambiental. El manejo inadecuado de los residuos de cultivo, llamados rastrojo, afecta a las comunidades cercanas a los campos de cultivo, cuya población comparte el territorio con la extensión piñera y por tanto resulta condicionada a las dinámicas económicas y sociales de este paisaje productivo. El rastrojo generado en Costa Rica asciende a un aproximado de 4.3 millones de toneladas al año y representa un reto técnico y ambiental: el método tradicional de manejo (triturado en campo y reincorporación a suelos) expone la biomasa a una lenta degradación al aire libre, lo que puede derivar en el brote de la Mosca del Establo (Stomoxys Calcitrans). Por otro lado, la destrucción del rastrojo anula su potencial de uso como un subproducto valorizable del cultivo de piña, aun cuando existen alternativas ecológicas que han demostrado servir como estrategias de manejo eficiente para el aprovechamiento sus propiedades energéticas, físicas y biológicas. Motivado por este escenario, se decidió abordar la incapacidad de implementar métodos ecológicos de reutilización del rastrojo, dada la carencia de una arquitectura especializada en la aplicación táctica de este tipo de procesos dentro de los campos de cultivo de piña, desaprovechando así el potencial de impacto socioeconómico que puede tener la valorización ecológica del rastrojo, sobre las comunidades cercanas a este tipo de cultivo. Se realizó una investigación aplicada de las estructuras sociales y productivas del poblado de Katira, ubicado en el cantón de Guatuso de Alajuela (Región Huetar Norte), de dos fincas de cultivo de piña orgánica y de técnicas apropiadas para el manejo ecológico del rastrojo de piña para posteriormente desarrollar una metodología de selección de las alternativas de manejo de rastrojo, mediante una serie de criterios técnicos, ambientales y socioeconómicos; los cuales surgen desde una visión bioeconómica que articula los componentes del programa arquitectónico. Es así como el planteamiento de insertar este sistema de manejo, se realizó mediante la formulación de un plan maestro que incluye la propuesta arquitectónica de un complejo ecológico que ordena y articula espacialmente los componentes del sistema, junto con los distintos espacios.