CAP: Centro Alternativo de Apoyo
COSTA RICA
Estudiantes: Paula Duarte Alfaro, Laura Baltodano Campos
Universidad de Costa Rica
COSTA RICA
Estudiantes: Paula Duarte Alfaro, Laura Baltodano Campos
Universidad de Costa Rica
ÁREA CONSTRUCCIÓN: 5 566 m2
UBICACIÓN DE PROYECTO: Paso de la Vaca, La Merced San José, Costa Rica
UBICACIÓN DE PROYECTO: Paso de la Vaca, La Merced San José, Costa Rica
Construyendo puentes hacia un futuro de inclusión y respeto.
El CAP es un centro alternativo de apoyo integral, para personas migrantes, transexuales, trabajadoras sexuales, personas con VIH, drogodependientes y familias de crianza monoparental ubicado en La Merced, San Jose, Costa Rica, en la intersección de la calle 4 con la avenida 7. Sitio muy controversial conocido como la “Zona Roja” donde personas en condición de calle, drogodependientes, narcotraficantes y trabajadoras del sexo residen en ella. Allí están cautivos, separados del resto de la ciudad por una frontera simbólica. Los que están fuera lo ven como una zona de depravación y peligro; los de adentro, como su hogar.
El proyecto nace con la intención de darle la sensación de hogar a todas esas personas que son rechazadas y marginadas por el hecho de encontrarse dentro de este contexto. El concepto parte de la integridad y la inclusión, llevándolo a un nivel físico espacial, por lo que el diseño se integra y adapta a el contexto inmediato, buscando disolver el edificio con el terreno, el contexto y sus habitantes como una unidad. El proyecto se plantea como un elemento que nace del terreno y se adapta a la condición actual de la topografía. El cual tiene una pendiente bastante pronunciada y un perímetro de variadas tapias y escalas, la morfología del proyecto busca posarse sobre las curvas de nivel y nacer de ellas, dando espacio a terrazas multifuncionales, las cuales facilitan el aprovechamiento de las visuales dirigidas a las vistas del norte de la ciudad, como lo son las montañas de Heredia de fondo y el perfil del Museo de los Niños en un primer plano. Bajo estas terrazas, se encuentran los dos módulos principales que forman parte de la edificación. Este gesto de adaptación le da versatilidad al proyecto, le permite tener espacios externos de uso público con fines lúdicos y de esparcimiento para que la comunidad y la zona tenga un lugar para poder desarrollar actividades recreativas, sanas y de distracción, ya que estos son carentes en el contexto actual. Y espacios más íntimos para las terapias y apoyo para los residentes y trabajadores locales, así como personas en estas situaciones sociales que necesiten de los servicios que brinda este espacio.
CAP consta de dos módulos integrales, el primero con un propósito de ayuda social y el segundo con el propósito de ofrecer servicios de salud física. El centro de salud cuenta con consultorios de ginecología, pediatría, odontología, medicina general, a su vez con espacios de salud emocional y mental como psiquiatría, psicología y una sala de reuniones con fin de dar un espacio seguro para lidiar en grupo con conductas adictivas, enfermedades mentales, físicas entre otros.
Se busca por medio de la propuesta, dar espacios seguros e inclusivos para aquellas personas que han sido víctimas de violencia sexual, física o emocional, abuso de sustancias, migrantes, transexuales, trabajadoras sexuales, personas con VIH, y a sus familias. Se responde a estos usuarios por medio de intervenciones multifuncionales, un ejemplo de esto son las distintas zonas donde se implementan espacios para infantes, tanto dentro de los módulos como en la intervención exterior, debido a que estas personas tienen familia y seres queridos, los espacios deben ser generados para recibirles a todes y tratarles con gentileza como a cualquier otra persona. De esta misma forma, el diseño responde a la función de los módulos creando mediante intervenciones paisajísticas, tratamientos de color y materialidad, espacios acogedores y seguros como en el Centro de salud, donde se crea una entrada discreta al público y haciendo esta zona más cubierta y privada en su fachada dando desde su ingreso la sensación de protección, apoyo e intimidad. El uso de colores, neutrales y calmos en el interior de los espacios de consultorios y salas de apoyo de salud mental y emocional. Así como colores más vibrantes en las zonas de juegos de infantes y espacios exteriores que inciten a la sana diversión, el juego y el deporte de forma saludable, generando un espacio donde todes se sientan identificades, querides y apoyades dentro de su hogar y no rechazades y juzgades.
Debido a su carácter adaptativo, los módulos expuestos se encuentran integrados en el terreno, por elementos de concreto. La estructura primaria se expone por medio de grandes columnas de este material, las cuales portan las vigas también visibles, reflejando resistencia y resiliencia, sentimiento que se comparte con los usuarios. Las fachadas están conformadas por una gran piel de vidrio, tratadas con una estructura multifuncional semi permeable de madera cuya forma orgánica cumple la función de baranda en las zonas de terraza y de parasol para las zonas del interior de las edificaciones creando un articulador físico entre el arriba y el abajo y un juego de ritmos de luces y sombras en el interior que ordena la circulación y genera privacidad. Además, se implementan materiales como madera en el interior de las habitaciones para dar calidez al espacio, así como el uso de color y texturas de telas que aportan dinamismo y privacidad a los espacios.
Se toma como pauta de diseño la incorporación de un elemento central, el cual conecta el interior con el exterior y la relación arriba (conexión con el cielo, zona exterior, juegos, libertad, diversión) y abajo (conexión con la tierra, intimidad, privacidad, protección). Esta intervención espacial se da por medio de un vacío de forma cilíndrica, en cual se rodea de unos planos delgados de acrílico de colores separados entre ellos y haciendo referencia a los colores de la bandera de la comunidad LBTGQ+, permitiendo un mejor flujo del aire, recolección de agua pluvial y el paso de la luz hacia el interior de la edificación. Como complemento, se da un tratamiento de los espacios urbanos el cual toma en cuenta la integración espacial como eje principal del diseño. Esto se logra por medio de la morfología del mobiliario urbano, el cual, al igual que los módulos, nace del terreno. A su vez, el diseño del mismo, se ve distribuido en la plaza de manera versátil y multifuncional sobre el edificio, ya sea para espacios de juego, tragaluces, y ventilación. Estos se implementan en los consultorios, baños y oficinas legales, como respuesta a las necesidades de confort que presentan.
En el sitio en el que se ubica la intervención, hay una gran necesidad de espacio público. Debido a esto, el CAP ofrece una serie de espacios para recreación. En su punto más alto, sobre el módulo de ayuda social; se encuentra una plaza multiuso, la cual cuenta con una vista directa al Museo de los Niños. A su lado, se encuentra mobiliario para niños, como paredes para escalar, las cuales enmarcan el espacio central. Sobre el módulo de salud clínica y psicológica, se encuentra una terraza con mobiliario menos dinámico, dirigido a la observación y estadía.
Conforme baja el terreno y por lo tanto, el proyecto, se encuentran las semi canchas de basketball, un anfiteatro y el skatepark. En su totalidad, se busca enmarcar estos espacios con áreas verdes que permitan la estadía y recreación.
El CAP es un lugar seguro, donde todes somos bienevenides, un hogar para los corazones errantes, un refugio para los olvidados, los muros abrazan y las puertas están abiertas, donde la arquitectura se encuentra con la humanidad, un lugar para pertenecer
El CAP es un centro alternativo de apoyo integral, para personas migrantes, transexuales, trabajadoras sexuales, personas con VIH, drogodependientes y familias de crianza monoparental ubicado en La Merced, San Jose, Costa Rica, en la intersección de la calle 4 con la avenida 7. Sitio muy controversial conocido como la “Zona Roja” donde personas en condición de calle, drogodependientes, narcotraficantes y trabajadoras del sexo residen en ella. Allí están cautivos, separados del resto de la ciudad por una frontera simbólica. Los que están fuera lo ven como una zona de depravación y peligro; los de adentro, como su hogar.
El proyecto nace con la intención de darle la sensación de hogar a todas esas personas que son rechazadas y marginadas por el hecho de encontrarse dentro de este contexto. El concepto parte de la integridad y la inclusión, llevándolo a un nivel físico espacial, por lo que el diseño se integra y adapta a el contexto inmediato, buscando disolver el edificio con el terreno, el contexto y sus habitantes como una unidad. El proyecto se plantea como un elemento que nace del terreno y se adapta a la condición actual de la topografía. El cual tiene una pendiente bastante pronunciada y un perímetro de variadas tapias y escalas, la morfología del proyecto busca posarse sobre las curvas de nivel y nacer de ellas, dando espacio a terrazas multifuncionales, las cuales facilitan el aprovechamiento de las visuales dirigidas a las vistas del norte de la ciudad, como lo son las montañas de Heredia de fondo y el perfil del Museo de los Niños en un primer plano. Bajo estas terrazas, se encuentran los dos módulos principales que forman parte de la edificación. Este gesto de adaptación le da versatilidad al proyecto, le permite tener espacios externos de uso público con fines lúdicos y de esparcimiento para que la comunidad y la zona tenga un lugar para poder desarrollar actividades recreativas, sanas y de distracción, ya que estos son carentes en el contexto actual. Y espacios más íntimos para las terapias y apoyo para los residentes y trabajadores locales, así como personas en estas situaciones sociales que necesiten de los servicios que brinda este espacio.
CAP consta de dos módulos integrales, el primero con un propósito de ayuda social y el segundo con el propósito de ofrecer servicios de salud física. El centro de salud cuenta con consultorios de ginecología, pediatría, odontología, medicina general, a su vez con espacios de salud emocional y mental como psiquiatría, psicología y una sala de reuniones con fin de dar un espacio seguro para lidiar en grupo con conductas adictivas, enfermedades mentales, físicas entre otros.
Se busca por medio de la propuesta, dar espacios seguros e inclusivos para aquellas personas que han sido víctimas de violencia sexual, física o emocional, abuso de sustancias, migrantes, transexuales, trabajadoras sexuales, personas con VIH, y a sus familias. Se responde a estos usuarios por medio de intervenciones multifuncionales, un ejemplo de esto son las distintas zonas donde se implementan espacios para infantes, tanto dentro de los módulos como en la intervención exterior, debido a que estas personas tienen familia y seres queridos, los espacios deben ser generados para recibirles a todes y tratarles con gentileza como a cualquier otra persona. De esta misma forma, el diseño responde a la función de los módulos creando mediante intervenciones paisajísticas, tratamientos de color y materialidad, espacios acogedores y seguros como en el Centro de salud, donde se crea una entrada discreta al público y haciendo esta zona más cubierta y privada en su fachada dando desde su ingreso la sensación de protección, apoyo e intimidad. El uso de colores, neutrales y calmos en el interior de los espacios de consultorios y salas de apoyo de salud mental y emocional. Así como colores más vibrantes en las zonas de juegos de infantes y espacios exteriores que inciten a la sana diversión, el juego y el deporte de forma saludable, generando un espacio donde todes se sientan identificades, querides y apoyades dentro de su hogar y no rechazades y juzgades.
Debido a su carácter adaptativo, los módulos expuestos se encuentran integrados en el terreno, por elementos de concreto. La estructura primaria se expone por medio de grandes columnas de este material, las cuales portan las vigas también visibles, reflejando resistencia y resiliencia, sentimiento que se comparte con los usuarios. Las fachadas están conformadas por una gran piel de vidrio, tratadas con una estructura multifuncional semi permeable de madera cuya forma orgánica cumple la función de baranda en las zonas de terraza y de parasol para las zonas del interior de las edificaciones creando un articulador físico entre el arriba y el abajo y un juego de ritmos de luces y sombras en el interior que ordena la circulación y genera privacidad. Además, se implementan materiales como madera en el interior de las habitaciones para dar calidez al espacio, así como el uso de color y texturas de telas que aportan dinamismo y privacidad a los espacios.
Se toma como pauta de diseño la incorporación de un elemento central, el cual conecta el interior con el exterior y la relación arriba (conexión con el cielo, zona exterior, juegos, libertad, diversión) y abajo (conexión con la tierra, intimidad, privacidad, protección). Esta intervención espacial se da por medio de un vacío de forma cilíndrica, en cual se rodea de unos planos delgados de acrílico de colores separados entre ellos y haciendo referencia a los colores de la bandera de la comunidad LBTGQ+, permitiendo un mejor flujo del aire, recolección de agua pluvial y el paso de la luz hacia el interior de la edificación. Como complemento, se da un tratamiento de los espacios urbanos el cual toma en cuenta la integración espacial como eje principal del diseño. Esto se logra por medio de la morfología del mobiliario urbano, el cual, al igual que los módulos, nace del terreno. A su vez, el diseño del mismo, se ve distribuido en la plaza de manera versátil y multifuncional sobre el edificio, ya sea para espacios de juego, tragaluces, y ventilación. Estos se implementan en los consultorios, baños y oficinas legales, como respuesta a las necesidades de confort que presentan.
En el sitio en el que se ubica la intervención, hay una gran necesidad de espacio público. Debido a esto, el CAP ofrece una serie de espacios para recreación. En su punto más alto, sobre el módulo de ayuda social; se encuentra una plaza multiuso, la cual cuenta con una vista directa al Museo de los Niños. A su lado, se encuentra mobiliario para niños, como paredes para escalar, las cuales enmarcan el espacio central. Sobre el módulo de salud clínica y psicológica, se encuentra una terraza con mobiliario menos dinámico, dirigido a la observación y estadía.
Conforme baja el terreno y por lo tanto, el proyecto, se encuentran las semi canchas de basketball, un anfiteatro y el skatepark. En su totalidad, se busca enmarcar estos espacios con áreas verdes que permitan la estadía y recreación.
El CAP es un lugar seguro, donde todes somos bienevenides, un hogar para los corazones errantes, un refugio para los olvidados, los muros abrazan y las puertas están abiertas, donde la arquitectura se encuentra con la humanidad, un lugar para pertenecer