Tierra, Agua y Sombra
COSTA RICA
Arq. Esteban Castro Chacón, Arq. Carla Carranza Torre
COSTA RICA
Arq. Esteban Castro Chacón, Arq. Carla Carranza Torre
DISEÑO ARQUITECTÓNICO: Arq. Esteban Castro Chacón, Arq. Carla Carranza Torre
ÁREA CONSTRUCCIÓN: 500 m2
UBICACIÓN DE PROYECTO: Nosara, Guanacaste
ÁREA CONSTRUCCIÓN: 500 m2
UBICACIÓN DE PROYECTO: Nosara, Guanacaste
Tierra, Agua y Sombra será un proyecto destinado al trabajo creativo y colaborativo que
permitirá al equipo administrativo de una organización enclavada en Nosara, conectarse con el entorno rural-productivo del que emerge, una región que experimenta una alta gentrificación con un cambio incierto de su paisaje.
Estas oficinas servirán a una comunidad de entusiastas que buscan desarrollar la zona
en búsqueda de las raíces ancestrales, en mejor sintonía con los recursos que disponemos y que entendemos dependen de nuestras acciones. El espacio es un lugar que crece desde la tierra para apenas flotar gracias a una estructura ligera de bambú y madera mezclada con pesados muros de tierra armada. Las grandes cubiertas no sólo protegen del sol y el agua, sino que emulan la tradición arquitectónica guanacasteca, y además se convierten en un homenaje a lluvia, encausándola para ser almacenada en cisternas de barro subterráneas.
El vestíbulo es un espacio que recibe y articula el resto de áreas, y es el punto intermedio entre un módulo de trabajo Colaborativo y otro módulo de trabajo Silencioso, funcionando como conector y camino entre una huerta. El Espacio Colaborativo es un lugar para estar, compartir, crear, recibir y dar. El Espacio Silencioso es un lugar íntimo, privado y sin distracciones, un lugar que permite la concentración y el diálogo interno.
Queríamos rescatar detalles de los techos de Guanacaste, de las haciendas guanacastecas que lograron crear no sólo un lenguaje arquitectónico adaptado a su contexto, sino que con sus materiales y estructura, propiciaron relaciones humanas cálidas, amables y sensibles, reflejándose en su floreciente cultura. Este espacio de trabajo pretende emular estas cualidades e interpretarlas de acuerdo a nuevas necesidades que exigen conectividad global, interacción multicultural e interdisciplinar, dentro de los requerimientos del mercado internacional que condicionan el éxito de cualquier inversión no tradicional en las costas sobre-explotadas de Guanacaste.
Tierra
La tierra es roja, el muro blanco no pertenece al lugar. El aporte térmico de la tierra ha sido históricamente desaprovechado en nuestros contextos, principalmente al miedo asociado por el adobe colapsando ante los terremotos. La tierra armada ha sido una alternativa que mediante experiencias fuera de nuestras fronteras y mediante la capacitación de mano de obra local, se ve como una opción viable además de amigable con el ambiente. De estética desnuda de pretensiones opulentas, estos muros establecen el ancla de frescura y estabilidad en el espacio de trabajo.
Agua
La fragilidad del recurso es incrementada según la forma en explotamos su uso. Cada espacio habitable debe aportar al sistema en lugar de sólo extraer de él. La idea es devolver. El equipo administrativo que ocupará este espacio ha venido experimentando con el uso de baños secos desde hace varios años, lo cual genera todo un cambio, desde la organización del programa y la logística de ocupación del espacio, hasta el protocolo requerido para el manejo de desechos. El agua de lluvia se celebra, se recoge y almacena, no sólo para el consumo humano, sino como recurso que nutre el suelo, o como evento transformador de la actividad cotidiana.
Sombra
La arquitectura en el trópico es la celebración de la sombra. Al propiciar espacios dinámicos donde interior y exterior se hacen difusos, logramos desaparecer el concepto típico de lugar de trabajo. La idea es generar interacción humana que procure la colaboración, el trabajo en equipo, la discusión de ideas, el compartir. Esto se logra a la sombra, tamizando la intensidad de la misma, con el alero, los pergolados, los páneles móviles y los textiles.
permitirá al equipo administrativo de una organización enclavada en Nosara, conectarse con el entorno rural-productivo del que emerge, una región que experimenta una alta gentrificación con un cambio incierto de su paisaje.
Estas oficinas servirán a una comunidad de entusiastas que buscan desarrollar la zona
en búsqueda de las raíces ancestrales, en mejor sintonía con los recursos que disponemos y que entendemos dependen de nuestras acciones. El espacio es un lugar que crece desde la tierra para apenas flotar gracias a una estructura ligera de bambú y madera mezclada con pesados muros de tierra armada. Las grandes cubiertas no sólo protegen del sol y el agua, sino que emulan la tradición arquitectónica guanacasteca, y además se convierten en un homenaje a lluvia, encausándola para ser almacenada en cisternas de barro subterráneas.
El vestíbulo es un espacio que recibe y articula el resto de áreas, y es el punto intermedio entre un módulo de trabajo Colaborativo y otro módulo de trabajo Silencioso, funcionando como conector y camino entre una huerta. El Espacio Colaborativo es un lugar para estar, compartir, crear, recibir y dar. El Espacio Silencioso es un lugar íntimo, privado y sin distracciones, un lugar que permite la concentración y el diálogo interno.
Queríamos rescatar detalles de los techos de Guanacaste, de las haciendas guanacastecas que lograron crear no sólo un lenguaje arquitectónico adaptado a su contexto, sino que con sus materiales y estructura, propiciaron relaciones humanas cálidas, amables y sensibles, reflejándose en su floreciente cultura. Este espacio de trabajo pretende emular estas cualidades e interpretarlas de acuerdo a nuevas necesidades que exigen conectividad global, interacción multicultural e interdisciplinar, dentro de los requerimientos del mercado internacional que condicionan el éxito de cualquier inversión no tradicional en las costas sobre-explotadas de Guanacaste.
Tierra
La tierra es roja, el muro blanco no pertenece al lugar. El aporte térmico de la tierra ha sido históricamente desaprovechado en nuestros contextos, principalmente al miedo asociado por el adobe colapsando ante los terremotos. La tierra armada ha sido una alternativa que mediante experiencias fuera de nuestras fronteras y mediante la capacitación de mano de obra local, se ve como una opción viable además de amigable con el ambiente. De estética desnuda de pretensiones opulentas, estos muros establecen el ancla de frescura y estabilidad en el espacio de trabajo.
Agua
La fragilidad del recurso es incrementada según la forma en explotamos su uso. Cada espacio habitable debe aportar al sistema en lugar de sólo extraer de él. La idea es devolver. El equipo administrativo que ocupará este espacio ha venido experimentando con el uso de baños secos desde hace varios años, lo cual genera todo un cambio, desde la organización del programa y la logística de ocupación del espacio, hasta el protocolo requerido para el manejo de desechos. El agua de lluvia se celebra, se recoge y almacena, no sólo para el consumo humano, sino como recurso que nutre el suelo, o como evento transformador de la actividad cotidiana.
Sombra
La arquitectura en el trópico es la celebración de la sombra. Al propiciar espacios dinámicos donde interior y exterior se hacen difusos, logramos desaparecer el concepto típico de lugar de trabajo. La idea es generar interacción humana que procure la colaboración, el trabajo en equipo, la discusión de ideas, el compartir. Esto se logra a la sombra, tamizando la intensidad de la misma, con el alero, los pergolados, los páneles móviles y los textiles.