CASA AMBAR
ECUADOR
Arq. Handel Guayasamín
ECUADOR
Arq. Handel Guayasamín
NOMBRE DEL PROFESIONAL: Arq. Handel Guayasamín
DISEÑO ARQUITECTÓNICO: Santiago Cueva - Handel Guayasamin
DISEÑO ELÉCTRICO: Xavier Borja
DISEÑO ESTRUCTURAL: Diego Robalino
EMPRESA CONSTRUCTORA: Handel Guayasamín, Arquitectos
ÁREA CONSTRUCCIÓN: 600 m2
UBICACIÓN PROYECTO: Urb. Arrayanes, Puembo, Quito, Pichincha, Ecuador
DISEÑO ARQUITECTÓNICO: Santiago Cueva - Handel Guayasamin
DISEÑO ELÉCTRICO: Xavier Borja
DISEÑO ESTRUCTURAL: Diego Robalino
EMPRESA CONSTRUCTORA: Handel Guayasamín, Arquitectos
ÁREA CONSTRUCCIÓN: 600 m2
UBICACIÓN PROYECTO: Urb. Arrayanes, Puembo, Quito, Pichincha, Ecuador
Arquitectura residencial caracterizada por el gesto arquitectónico ‐cada vez menos común‐ de develarse como tal, por tanto: humana, sencilla, habitable. Sin pretensiones ni estridencias innecesarias.
Localizada en la afueras de Quito, en un entorno verde y amable, la obra se asimila a la topografía, intentando así, casi perderse en el contexto. Por esta razón parte de su programa se entierra, el resto de la casa, que va sobre suelo se articula en torno a su grada‐escultura y fluye en un espacio continuo que se integra con el paisaje.
Es un homenaje a la materialidad, a lo artesanal y sobre todo a lo humano, a la expresión auténtica de cada componente constructivo, particularmente del ladrillo, el metal y la madera que estallan en su individualidad y en conjuntos, cuando ya son parte de los elementos arquitectónicos que estructuran la vivienda: paredes, pisos,
cubierta, pasamanos, escaleras.
El programa ‐para satisfacer las necesidades de una numerosa familia de seis miembros‐ se resuelve con espacios cálidos y mesurados, que se ordenan claramente desde lo público hacia lo privado, desde los lugares del encuentro hasta los personales, desde el interior hacia el exterior.
El detalle constructivo realiza y embellece la obra, la integra y la convierte en pieza armónica, en la que dialogan las partes sin ruidos innecesarios.
La luz del sol matiza las texturas, baña delicadamente los espacios, abriga las estancias, anuncia el amanecer e invita a los habitantes de la casa a su permanencia entre el interior, la sombra o el afuera.
La naturaleza rodea toda la casa, está presente en todos los espacios, particularmente en los de encuentro, desde donde se accede a ella fluidamente. Los árboles preexistentes en el lugar fueron respetados, y ahora florecen acompañados de los nuevos vecinos sembrados y… de los habitantes que los cuidan.
Localizada en la afueras de Quito, en un entorno verde y amable, la obra se asimila a la topografía, intentando así, casi perderse en el contexto. Por esta razón parte de su programa se entierra, el resto de la casa, que va sobre suelo se articula en torno a su grada‐escultura y fluye en un espacio continuo que se integra con el paisaje.
Es un homenaje a la materialidad, a lo artesanal y sobre todo a lo humano, a la expresión auténtica de cada componente constructivo, particularmente del ladrillo, el metal y la madera que estallan en su individualidad y en conjuntos, cuando ya son parte de los elementos arquitectónicos que estructuran la vivienda: paredes, pisos,
cubierta, pasamanos, escaleras.
El programa ‐para satisfacer las necesidades de una numerosa familia de seis miembros‐ se resuelve con espacios cálidos y mesurados, que se ordenan claramente desde lo público hacia lo privado, desde los lugares del encuentro hasta los personales, desde el interior hacia el exterior.
El detalle constructivo realiza y embellece la obra, la integra y la convierte en pieza armónica, en la que dialogan las partes sin ruidos innecesarios.
La luz del sol matiza las texturas, baña delicadamente los espacios, abriga las estancias, anuncia el amanecer e invita a los habitantes de la casa a su permanencia entre el interior, la sombra o el afuera.
La naturaleza rodea toda la casa, está presente en todos los espacios, particularmente en los de encuentro, desde donde se accede a ella fluidamente. Los árboles preexistentes en el lugar fueron respetados, y ahora florecen acompañados de los nuevos vecinos sembrados y… de los habitantes que los cuidan.