CALDERA KOMÍ DAYË
Pablo A. Soto Sibaja
Costa Rica
uNIVERSIDAD lATINA DE COSTA RICA
Caldera es un pequeño pueblo costero y turístico que, corresponde al distrito número 6, del cantón de Esparza, localizado en la provincia de Puntarenas. La comunidad es percibida como una zona rural de pescadores, caracterizada por su tradicional comida, sus hermosos atardeceres y por funcionar como articulador entre el Valle Central y Guanacaste.
Desde este año, más de cien familias se han visto afectadas producto del fenómeno de la marejada, el cual provoca el desbordamiento del mar, ocasionando pérdidas materiales e inundaciones en las zonas residenciales. Estas afectaciones han repercutido en la forma de vida de los caldereños, deteriorando la identidad y la cultura.
El proyecto Caldera Komí Dayë, presenta un carácter de importancia muy alta, debido a que pretende minorizar el impacto social, ambiental y económico del fenómeno de marejada por medio de la implementación de espacios públicos en la comunidad de Caldera. A partir de lo anterior surge la necesidad de desarrollar un elemento protector, que además, posibilite una articulación positiva en la relación de la costa con la comunidad.
Para el desarrollo inicial del proyecto se tomó como referencia la naturaleza como aspecto clave en el proyecto; debido a que es un factor muy importante en la zona. Producto de esto, surge la idea de basarse en el árbol de mangle como el elemento conceptual y se plantea desarrollar mediante la teoría de la arquitectura orgánica, la cual expresa que al buscar inspiración en componentes naturales, se deben tomar en cuenta dos aspectos importantes: función y forma.
Desde el punto de vista de la forma [el mangle rojo] se caracteriza por poseer numerosas raíces largas y delgadas, estas [raíces] se entrelazan generando una especie de barrera de disminución del oleaje y protección contra tormentas. Asimismo, el árbol de mangle, por su estructuración, se considerada como un elemento natural multifuncional, que cumple las tareas de conservar la vida silvestre que lo habita, proteger la biodiversidad de fenómenos naturales, atraer especies exóticas y principalmente, permite la articulación con el entorno que lo rodea, capaz de responder a las necesidades del ambiente costero y garantizar un equilibrio.
Es así como surge el borde costero Caldera Komí Dayë, como una propuesta urbana y paisajista, que permita desarrollar una barrera de protección entre la costa y la comunidad cercana a la línea litoral, y a su vez, generar espacios públicos destinados a la reactivación turística y comercial.
Desde este año, más de cien familias se han visto afectadas producto del fenómeno de la marejada, el cual provoca el desbordamiento del mar, ocasionando pérdidas materiales e inundaciones en las zonas residenciales. Estas afectaciones han repercutido en la forma de vida de los caldereños, deteriorando la identidad y la cultura.
El proyecto Caldera Komí Dayë, presenta un carácter de importancia muy alta, debido a que pretende minorizar el impacto social, ambiental y económico del fenómeno de marejada por medio de la implementación de espacios públicos en la comunidad de Caldera. A partir de lo anterior surge la necesidad de desarrollar un elemento protector, que además, posibilite una articulación positiva en la relación de la costa con la comunidad.
Para el desarrollo inicial del proyecto se tomó como referencia la naturaleza como aspecto clave en el proyecto; debido a que es un factor muy importante en la zona. Producto de esto, surge la idea de basarse en el árbol de mangle como el elemento conceptual y se plantea desarrollar mediante la teoría de la arquitectura orgánica, la cual expresa que al buscar inspiración en componentes naturales, se deben tomar en cuenta dos aspectos importantes: función y forma.
Desde el punto de vista de la forma [el mangle rojo] se caracteriza por poseer numerosas raíces largas y delgadas, estas [raíces] se entrelazan generando una especie de barrera de disminución del oleaje y protección contra tormentas. Asimismo, el árbol de mangle, por su estructuración, se considerada como un elemento natural multifuncional, que cumple las tareas de conservar la vida silvestre que lo habita, proteger la biodiversidad de fenómenos naturales, atraer especies exóticas y principalmente, permite la articulación con el entorno que lo rodea, capaz de responder a las necesidades del ambiente costero y garantizar un equilibrio.
Es así como surge el borde costero Caldera Komí Dayë, como una propuesta urbana y paisajista, que permita desarrollar una barrera de protección entre la costa y la comunidad cercana a la línea litoral, y a su vez, generar espacios públicos destinados a la reactivación turística y comercial.