Edificio Mixto La Soledad: Comunidad En Altura
Brenda Cecilia Ortiz Portuguez - Mariela Ramírez González
Costa Rica
Tecnológico de Costa Rica
Comunidad en Altura
En los últimos años, Costa Rica se ha enfrentado a uno de los desafíos más grandes por resolver: el despoblamiento de los centros urbanos. Ante la acelerada tendencia por el crecimiento periférico de la Gran Área Metropolitana, ciudades como San José, buscan reinventarse como centros de atracción para nuevos residentes, y con ello, el desarrollo de proyectos que respondan al modelo de ciudad compacta.
Ante tal escenario, “Comunidad en Altura” nace como una propuesta que responde a la necesidad de repoblamiento y densificación del Barrio la Soledad, puntualmente en la zona conocida como el Barrio Chino. Bajo los principios de compacidad, el proyecto se configura como un conjunto de vivienda mixto el cual busca articular tres actores fundamentales: los residentes, el proyecto y su contexto inmediato.
Manteniendo un equilibrio con las exigencias del mercado y una sensibilidad por la vinculación del usuario, el proyecto se conceptualiza como una edificación inclusiva, con diversidad en tipologías de apartamentos para distintos estratos sociales, la oferta de comercio y oficinas; pero más allá de eso, un proyecto que se nutre y se beneficia de los equipamientos ya presentes en su emplazamiento; en especial, la Plaza de las Artes. Esta se reconceptualiza como espacio museográfico, y se convierte en un núcleo de atracción dentro del tejido urbano en el cual se unifican posibilidades de recreación, educación, ocio, convivencia y apropiación; incluyendo: cambio de niveles, presencia de retenedores pluviales como espejos de agua, expresiones plásticas y zonas arborizadas.
Esta relectura del espacio público, como una extensión del proyecto, promueve la invitación a “Comunidad en Altura”, que tiene por objetivo replicar esta dinámica urbana dentro de su arquitectura. Reinterpretando las áreas de circulación como espacios de encuentro, se destinan áreas comunes que propician el sentido de vecindad y pertenencia; y consecuentemente la humanización de las construcciones en altura a través de la presencia de terrazas, áreas recreativas y de ocio.
En los últimos años, Costa Rica se ha enfrentado a uno de los desafíos más grandes por resolver: el despoblamiento de los centros urbanos. Ante la acelerada tendencia por el crecimiento periférico de la Gran Área Metropolitana, ciudades como San José, buscan reinventarse como centros de atracción para nuevos residentes, y con ello, el desarrollo de proyectos que respondan al modelo de ciudad compacta.
Ante tal escenario, “Comunidad en Altura” nace como una propuesta que responde a la necesidad de repoblamiento y densificación del Barrio la Soledad, puntualmente en la zona conocida como el Barrio Chino. Bajo los principios de compacidad, el proyecto se configura como un conjunto de vivienda mixto el cual busca articular tres actores fundamentales: los residentes, el proyecto y su contexto inmediato.
Manteniendo un equilibrio con las exigencias del mercado y una sensibilidad por la vinculación del usuario, el proyecto se conceptualiza como una edificación inclusiva, con diversidad en tipologías de apartamentos para distintos estratos sociales, la oferta de comercio y oficinas; pero más allá de eso, un proyecto que se nutre y se beneficia de los equipamientos ya presentes en su emplazamiento; en especial, la Plaza de las Artes. Esta se reconceptualiza como espacio museográfico, y se convierte en un núcleo de atracción dentro del tejido urbano en el cual se unifican posibilidades de recreación, educación, ocio, convivencia y apropiación; incluyendo: cambio de niveles, presencia de retenedores pluviales como espejos de agua, expresiones plásticas y zonas arborizadas.
Esta relectura del espacio público, como una extensión del proyecto, promueve la invitación a “Comunidad en Altura”, que tiene por objetivo replicar esta dinámica urbana dentro de su arquitectura. Reinterpretando las áreas de circulación como espacios de encuentro, se destinan áreas comunes que propician el sentido de vecindad y pertenencia; y consecuentemente la humanización de las construcciones en altura a través de la presencia de terrazas, áreas recreativas y de ocio.