Hotel Mangle Y Mar
Jürgen Pechtel Spesny
Costa Rica
Universidad Veritas

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La conceptualización del proyecto nace a partir de las características propias de su sitio. El terreno se encuentra inmerso en el manglar de Playas del Coco y tiene la playa justo al frente. Se planteó un diseño que “flotara” liberando esa conexión directa entre el manglar y el mar.
Se aprovecha la planta libre para que el usuario tenga la experiencia de estar en este estado intermedio mar/manglar. Por tanto, el plano base del proyecto es libre y es donde se encuentra el área social del hotel. La piscina y los espejos de agua cruzan el proyecto articulando visualmente el mar con el manglar, con la intención de integrar el proyecto a su entorno natural. A su vez, en la parte posterior del hotel se plantea un espejo de agua completamente natural que utiliza lluvia recolectada, de forma que solo durante el invierno se encuentra lleno. En verano este se seca haciendo evidencia y honor al paso de una estación a otra. El paisajismo del proyecto utiliza especies nativas para reducir el mantenimiento y que el ecosistema se mantenga lo más natural posible. Tanto la circulación como los espacios de pausa fueron pensados como espacios de contemplación de su entorno natural. La circulación fue planteada como un solo recorrido que lleva al usuario a lo largo de todo el hotel mientras va liberando diferentes visuales. A su vez, la zona del bar/restaurante y la terraza, al igual que las habitaciones, permiten una conexión visual directa con el mar o con el manglar en todo momento.
Por otro lado, la forma del hotel nace a partir de principios de bio-climatización y utiliza estrategias pasivas implementadas en la arquitectura vernácula de Guanacaste. Se plantean espacios libres y ventilados cubiertos por largos aleros, buscando siempre la ventilación cruzada y la iluminación natural indirecta. Las habitaciones fueron diseñadas como módulos individuales que permiten controlar su interior sin interrumpir la ventilación.
Las cubiertas se disponen a dos aguas y se traslapan permitiendo que el aire caliente salga
mientras ingresa la brisa fresca del mar.
Finalmente el proyecto está diseñado para ser construido con materiales y mano de obra local, con estrategias para reducir el mantenimiento y el consumo energético. En definitiva, el hotel Mangle y Mar es un esfuerzo por orientar el desarrollo turístico del sitio a prácticas más sostenibles y respetuosas con su entorno natural.
La conceptualización del proyecto nace a partir de las características propias de su sitio. El terreno se encuentra inmerso en el manglar de Playas del Coco y tiene la playa justo al frente. Se planteó un diseño que “flotara” liberando esa conexión directa entre el manglar y el mar.
Se aprovecha la planta libre para que el usuario tenga la experiencia de estar en este estado intermedio mar/manglar. Por tanto, el plano base del proyecto es libre y es donde se encuentra el área social del hotel. La piscina y los espejos de agua cruzan el proyecto articulando visualmente el mar con el manglar, con la intención de integrar el proyecto a su entorno natural. A su vez, en la parte posterior del hotel se plantea un espejo de agua completamente natural que utiliza lluvia recolectada, de forma que solo durante el invierno se encuentra lleno. En verano este se seca haciendo evidencia y honor al paso de una estación a otra. El paisajismo del proyecto utiliza especies nativas para reducir el mantenimiento y que el ecosistema se mantenga lo más natural posible. Tanto la circulación como los espacios de pausa fueron pensados como espacios de contemplación de su entorno natural. La circulación fue planteada como un solo recorrido que lleva al usuario a lo largo de todo el hotel mientras va liberando diferentes visuales. A su vez, la zona del bar/restaurante y la terraza, al igual que las habitaciones, permiten una conexión visual directa con el mar o con el manglar en todo momento.
Por otro lado, la forma del hotel nace a partir de principios de bio-climatización y utiliza estrategias pasivas implementadas en la arquitectura vernácula de Guanacaste. Se plantean espacios libres y ventilados cubiertos por largos aleros, buscando siempre la ventilación cruzada y la iluminación natural indirecta. Las habitaciones fueron diseñadas como módulos individuales que permiten controlar su interior sin interrumpir la ventilación.
Las cubiertas se disponen a dos aguas y se traslapan permitiendo que el aire caliente salga
mientras ingresa la brisa fresca del mar.
Finalmente el proyecto está diseñado para ser construido con materiales y mano de obra local, con estrategias para reducir el mantenimiento y el consumo energético. En definitiva, el hotel Mangle y Mar es un esfuerzo por orientar el desarrollo turístico del sitio a prácticas más sostenibles y respetuosas con su entorno natural.