Nimbu
Antonio Fernández Vargas
Costa Rica
Universidad vERITAS
En Playas del Coco se esconde un manglar frente a la playa que pocos locales conocen. El proyecto busca enfatizar la conexión entre el manglar y la playa a través de un hotel. Se mantuvo una horizontalidad a lo largo del proyecto para que formara parte de la línea de árboles al fondo y no resaltara más que su contexto.
El concepto que da forma al proyecto es la ventana, por lo que los ejes visuales se tomaron en cuenta a lo largo del diseño. Se buscó enmarcar las vistas principales: el manglar o la playa dependiendo de donde esté ubicado el usuario. El espacio servido es el lobby, que consiste en una triple altura que enmarca la vista al estar vacío y no enturbiarse con mobiliario. La comodidad de quien vive el espacio se genera por medio de estrategias pasivas que permiten el uso de la ventilación cruzada.
El manglar se mantuvo como un eje a lo largo de todo el proyecto, por lo que se pretende que el usuario se sienta como si lo estuviera habitando. Por esta razón se crearon los recorridos de manera sinuosa sobre el nivel del agua. La idea de esto es que el hotel le conceda más área almanglar y así, concienciar a los locales de su existencia. Para que los huéspedes del hotel sientan una mayor privacidad, aprovechando todas las vistas del sitio, las habitaciones están separadas por “manglar” en el plano base. Un lenguaje ortogonal que contrasta con la naturaleza al fondo, mejora la sensación de "estar en el manglar". Alrededor del proyecto la madera tiene una connotación más permeable que el concreto, ya que se utilizó para los espacios públicos, mientras el concreto expuesto (con formaleta de tablilla), para los espacios privados. La zona habitacional posee un juego volumétrico, con el fin de generar sombras para los volúmenes de abajo. Encima, un techo delicado se plasma generando la sombra que se busca en Guanacaste.
Para el usuario local se destinó una plazoleta, también rodeada de agua, frente al bar y el restaurante que permite vistas hacia el manglar y hacia la playa. El bar se ubica en el primer nivel, frente a la piscina y el restaurante está encima del bar para tener una vista aún más panorámica. La piscina está dividida del manglar por un pasadizo que fortalece la conexión con el manglar, creando así distintas atmósferas en espacios anexos.
Con este proyecto se le da importancia a lo que una vez se le dio la espalda. Al invitar a los locales a formar parte de la experiencia, se busca crear mayor conciencia en el manglar de Playas del Coco.
El concepto que da forma al proyecto es la ventana, por lo que los ejes visuales se tomaron en cuenta a lo largo del diseño. Se buscó enmarcar las vistas principales: el manglar o la playa dependiendo de donde esté ubicado el usuario. El espacio servido es el lobby, que consiste en una triple altura que enmarca la vista al estar vacío y no enturbiarse con mobiliario. La comodidad de quien vive el espacio se genera por medio de estrategias pasivas que permiten el uso de la ventilación cruzada.
El manglar se mantuvo como un eje a lo largo de todo el proyecto, por lo que se pretende que el usuario se sienta como si lo estuviera habitando. Por esta razón se crearon los recorridos de manera sinuosa sobre el nivel del agua. La idea de esto es que el hotel le conceda más área almanglar y así, concienciar a los locales de su existencia. Para que los huéspedes del hotel sientan una mayor privacidad, aprovechando todas las vistas del sitio, las habitaciones están separadas por “manglar” en el plano base. Un lenguaje ortogonal que contrasta con la naturaleza al fondo, mejora la sensación de "estar en el manglar". Alrededor del proyecto la madera tiene una connotación más permeable que el concreto, ya que se utilizó para los espacios públicos, mientras el concreto expuesto (con formaleta de tablilla), para los espacios privados. La zona habitacional posee un juego volumétrico, con el fin de generar sombras para los volúmenes de abajo. Encima, un techo delicado se plasma generando la sombra que se busca en Guanacaste.
Para el usuario local se destinó una plazoleta, también rodeada de agua, frente al bar y el restaurante que permite vistas hacia el manglar y hacia la playa. El bar se ubica en el primer nivel, frente a la piscina y el restaurante está encima del bar para tener una vista aún más panorámica. La piscina está dividida del manglar por un pasadizo que fortalece la conexión con el manglar, creando así distintas atmósferas en espacios anexos.
Con este proyecto se le da importancia a lo que una vez se le dio la espalda. Al invitar a los locales a formar parte de la experiencia, se busca crear mayor conciencia en el manglar de Playas del Coco.