Residencias Sims
Costa Rica
Jorge Cordero Porras - Jorge Lizano Paniagua
Universidad de Costa Rica
Un edificio de ocho viviendas con espacios comunitarios de relación y convivencia en Santa Ana de Costa Rica. Los promotores del edificio son sus propios usuarios, dos jóvenes estudiantes de arquitectura que decidieron diseñar para seis estudiantes y ellos mismos su futuro hábitat apostando por la calidad arquitectónica, el diseño pasivo y la sostenibilidad del material. Las viviendas parten de los 54 m2, con módulos de 9 m2, disponen de una terraza de 54 m2 para el crecimiento variable del módulo habitacional hasta llegar a los 108 m2. Disponen de 1 terraza, una a fachada patio principal (este) y otra a fachada al oeste con un remate a un pequeño jardín y la circulación principal de la vivienda, que garantizan una ventilación cruzada y conforman conceptos básicos de fundamentos bioclimáticos. Las salas de estar-cocina-comedor se ubican en el primer nivel, junto a espacios de trabajo y recreación, con una apertura visual directa sobre la fachada este y con relación directa al patio del edificio. El gran patio se conecta con el acceso principal del inmueble y a la vez conecta áreas secundarias como cowork y un área de piscina, parqueos mecanizados, gimnasio y una pequeña sala de cine, todo esto dándole relación y carácter a todas las actividades para todos los vecinos. En este proyecto, se presta atención a la distribución de las áreas de vivienda e intentamos liberar el espacio distribuyéndolos tomando en cuenta un estilo de vida particular (Arquitectos), pero que, a la vez, genera flexibilidad dejando áreas libres y de uso personal.
Los ocho espacios habitables tienen propósitos predestinados y tienen aspectos morfológicos y de diseño que estimulan la relación unos con otros por medio de las terrazas y las zonas de circulación, por lo que los posicionamos simplemente, de acuerdo con el tamaño de cada espacio (el requerido por cada arquitecto), uno por uno desde el lado oeste, y situamos el baño y la cocina, que tienen funciones claras, en el eje central de cada vivienda. Las paredes a lo largo de los ocho espacios se construyeron solo en el lado más largo del departamento para obtener luz y ventilación. Las paredes de madera han hecho posible que los ocupantes usen tornillos como lo deseen, y han sido diseñados para usarse de acuerdo con las necesidades de los ocupantes.
La fachada longitudinal oeste que incorpora la escalera comunitaria y la de emergencias está resuelta con una membrana vegetal de formato rectangular que permite la ventilación e iluminación natural y constante, al mismo tiempo que genera diversos matices de luz natural en el acceso, los bloques de circulación de cada piso ayudan a amortiguar la influencia de los rayos solares trabajando con distancias y ángulos ya estudiados. El edificio se ha planteado con criterios de diseño pasivo que mejoran la eficiencia energética y permiten reducir considerablemente el consumo energético, con medidas como el uso de una buena envolvente térmica con doble pared, alturas a partir de los 3.10m, aislamientos de 10cm en fachadas y 12cm en cubiertas, además de un juego sistemático de elementos verticales y horizontales en la fachada este que ayudan a amortiguar los rayos del sol y le dan más privacidad a cada módulo sin quitarle la valiosa luz natural del lugar.
Los espacios comunitarios, como el patio de planta baja o la piscina situada adjunto al patio, se entienden como una extensión de la vida privada, tomando en cuenta factores lógicos de seguridad y preferencia de los clientes.
Esta idea de crear un espacio habitable que se desarrolle junto con los ocupantes al proporcionar un espacio flexible e indefinido que pueda adaptarse a los cambios y necesidades de los ocupantes en el futuro es oportuno trabajándolo con elementos tan puros como la madera (laminada) y el concreto, delimitando espacios comunes con el uso del gavión como un elemento estructural y estético bien marcado.
Este es un enfoque diferente porque ya no obliga a los ocupantes a usar un espacio dado de una manera que un desarrollador podría haber considerado "óptimo". Sino más bien dado por el gusto de personas que lo habitan y eventualmente condicionado a crecer por las mismas personas u otras que lo lleguen a habitar.
A lo largo del perímetro del edificio, cada habitación en la elevación orientada al este es un espacio habitable que hace uso de un balcón estructurado en madera que brinda privacidad y ofrece vistas a las montañas de Santa Ana. Aquí, la madera laminada garantiza la longevidad sostenible del revestimiento. Esta fachada animada, bien colocada, naturalmente condujo a un diseño de balaustrada en ángulos y diversas posiciones, garantizando la privacidad de los departamentos vecinos y los jardines adyacentes, maximizando al mismo tiempo las vistas desde el interior.
La arquitectura es el resultado de la referencia a la arquitectura tropical, la zonificación dentro del plano de planta y la forma en que los planos de la estructura tectónica reaccionan a su entorno. La fachada de madera tiene una relación simbiótica con el contexto natural, enfatiza las aberturas de la fachada y las terrazas. La composición clásica de capas y la jerarquía del edificio se capturan en una cuadrícula de los módulos habitacionales.
Estudiantes
Jorge Cordero Porras
Jorge Lizano Paniagua
Los ocho espacios habitables tienen propósitos predestinados y tienen aspectos morfológicos y de diseño que estimulan la relación unos con otros por medio de las terrazas y las zonas de circulación, por lo que los posicionamos simplemente, de acuerdo con el tamaño de cada espacio (el requerido por cada arquitecto), uno por uno desde el lado oeste, y situamos el baño y la cocina, que tienen funciones claras, en el eje central de cada vivienda. Las paredes a lo largo de los ocho espacios se construyeron solo en el lado más largo del departamento para obtener luz y ventilación. Las paredes de madera han hecho posible que los ocupantes usen tornillos como lo deseen, y han sido diseñados para usarse de acuerdo con las necesidades de los ocupantes.
La fachada longitudinal oeste que incorpora la escalera comunitaria y la de emergencias está resuelta con una membrana vegetal de formato rectangular que permite la ventilación e iluminación natural y constante, al mismo tiempo que genera diversos matices de luz natural en el acceso, los bloques de circulación de cada piso ayudan a amortiguar la influencia de los rayos solares trabajando con distancias y ángulos ya estudiados. El edificio se ha planteado con criterios de diseño pasivo que mejoran la eficiencia energética y permiten reducir considerablemente el consumo energético, con medidas como el uso de una buena envolvente térmica con doble pared, alturas a partir de los 3.10m, aislamientos de 10cm en fachadas y 12cm en cubiertas, además de un juego sistemático de elementos verticales y horizontales en la fachada este que ayudan a amortiguar los rayos del sol y le dan más privacidad a cada módulo sin quitarle la valiosa luz natural del lugar.
Los espacios comunitarios, como el patio de planta baja o la piscina situada adjunto al patio, se entienden como una extensión de la vida privada, tomando en cuenta factores lógicos de seguridad y preferencia de los clientes.
Esta idea de crear un espacio habitable que se desarrolle junto con los ocupantes al proporcionar un espacio flexible e indefinido que pueda adaptarse a los cambios y necesidades de los ocupantes en el futuro es oportuno trabajándolo con elementos tan puros como la madera (laminada) y el concreto, delimitando espacios comunes con el uso del gavión como un elemento estructural y estético bien marcado.
Este es un enfoque diferente porque ya no obliga a los ocupantes a usar un espacio dado de una manera que un desarrollador podría haber considerado "óptimo". Sino más bien dado por el gusto de personas que lo habitan y eventualmente condicionado a crecer por las mismas personas u otras que lo lleguen a habitar.
A lo largo del perímetro del edificio, cada habitación en la elevación orientada al este es un espacio habitable que hace uso de un balcón estructurado en madera que brinda privacidad y ofrece vistas a las montañas de Santa Ana. Aquí, la madera laminada garantiza la longevidad sostenible del revestimiento. Esta fachada animada, bien colocada, naturalmente condujo a un diseño de balaustrada en ángulos y diversas posiciones, garantizando la privacidad de los departamentos vecinos y los jardines adyacentes, maximizando al mismo tiempo las vistas desde el interior.
La arquitectura es el resultado de la referencia a la arquitectura tropical, la zonificación dentro del plano de planta y la forma en que los planos de la estructura tectónica reaccionan a su entorno. La fachada de madera tiene una relación simbiótica con el contexto natural, enfatiza las aberturas de la fachada y las terrazas. La composición clásica de capas y la jerarquía del edificio se capturan en una cuadrícula de los módulos habitacionales.
Estudiantes
Jorge Cordero Porras
Jorge Lizano Paniagua